En el año 2004, Pellagama, R, W publicó un estudio en el que observó que la musculatura cervical (trapecio y ECOM) presentaban mayor actividad electromiográfica en pacientes que presentaban problemas temporomandibulares musculares o articulares y musculares comparados con un grupo control (sanos) cuando las personas estaban en reposo.
O sea que estos músculos cuando las personas estaban descansando presentaban mayor actividad de la que deberían tener, dicho con otras palabras, estaban trabajando cuando no deberían hacerlo.
Si tenemos en cuenta que estos músculos se activan durante cualquier actividad de la mandíbula y pueden producir dolor referido a la cabeza y la cara, la mayor actividad generada cuando un paciente presenta problemas en la mandíbula nos obliga hacer una evaluación de esta musculatura aunque no exista sintomatología cervical.
La evaluación de la columna cervical, tanto muscular como articular debe formar parte del protocolo de evaluación de cualquier problema de la articulación temporomandibular.